martes, 11 de octubre de 2016

LOS DEDOS DE DIOS

Hace tiempo, mucho tiempo, estaban sentados justo allí, yendo a ningún lado, tomados de la mano compartiendo un silencio, observando como el sol se colaba entre las nubes y sus rayos de luz cruzaban la frontera del cielo viajando a la tierra atravesando a los árboles hasta tocar con suavidad el suelo, El abrazo a Carolina y señalando hacía los halos de luz, le dijo;

" Son los dedos de dios"




Ella lo miro con interrogación, pidiendo una explicación con los ojos, Antonio tomo aire y le contó una historia que escucho en quien sabe donde, que el se sabia, una historia sencilla:

"Hace tiempo, mucho tiempo, sentados en cualquier parte y si prisa por ir a algún lado, una pareja disfrutaba del aire libre, del pasto, del fresco y el pasar de las horas compartiendo la compañía del uno y del otro y compartiendo silencios. 

Así, sin necesitar mucho, mas que estar juntos, tomados de la mano; varios años de estar juntos, de amarse tanto que eran más que uno solo, de no necesitar más que la compañía del uno y del otro. después de un largo rato, El tomo suavemente el rostro de Ella, se acerco, la beso en la frente, con los ojos le dijo cuanto la amaba, trago saliva buscando las palabras correctas, palabras escogidas con mucho cuidado y con lentitud, le dijo que Ella significaba todo para El, le agradeció los momentos, la vida compartida, las subidas y las bajadas y sobre todo el estar siempre ahí lado a lado pero también le dijo que había que ser valientes que la hora estaba cerca, el momento de despedirse, El tendría que partir y pronto llegaría ese momento, Ella sabía lo que esas  palabras significaban, ya las esperaba pero no pudo evitar que le doliera el alma y el corazón se le desgarro lentamente  tan solo imaginar la vida sin El. 

Se abrazaron por horas, con fuerza, esperando que quizá así el destino pasara de largo y les diera otra oportunidad de vida.

A El no le dolía irse, a El le dolía dejarla sola, le dolía verla sufrir... respiro profundo, tomo fuerzas y señalo al atardecer infinito -al tiempo que los azules del día le daban paso a los naranjas de la noche mientras que el sol se ocultaba entre las nubes y sus rayos de luz atravesaban el cielo intenso descendiendo a la tierra  hasta tocar suavemente el suelo- Y con toda la fe del universo puesta en su voz le dijo a Ella; "Esos rayos de luz son los dedos de Dios y esos rayos de luz bajan a la tierra para tocarnos y acercarse a nosotros, recargarnos de esperanza y decirle a cada uno de nosotros que todo estará bien y que todo estará mejor y así cuando llegue mi turno, te prometo que no estarás sola, siempre estaré ahí, cuando te sientas triste, cuando sientas que todo va mal, cuando no puedas más, levanta la mirada, a la misma hora que hoy, donde tu quieras y en los rayos de luz que bajan para tocar el suelo estará Dios y estaré yo, te cuidare y sabrás que sigo ahí, contigo, iluminando  tus días mas oscuros y dando calor a tus momentos mas sombríos y seré feliz si los Dedos de Dios te tocan e  iluminan y logran dibujar esa sonrisa que durante muchos años fue mía" 

Hace tiempo que Antonio y Carolina no son más, ya no están juntos. Pero a veces, El regresa  al mismo lugar, a la misma hora, para ver el atardecer para ver como los dedos de dios cruzan el cielo, cuando los azules del día se confunden con los naranjas de la noche solo para recordar; sin  tristeza en el alma ni nostalgia en la cabeza, mas bien con mucha alegría en el corazón y a la salud de los buenos tiempos vividos, imaginando que tal vez del otro lado del mundo hay una chica mirando al cielo recordando que El alguna vez también le dijo  “Nunca estarás sola y si en algún momento sientes que todo se derrumba, levanta  la mirada, voltea al cielo y entre los rayos de luz, ahí estaré, pensando en ti, enviándote fuerzas y los Dedos de dios abrazaran e iluminaran tu vida con la esperanza que todo estará bien y todo será mejor y yo seré feliz si los Dedos de Dios te tocan, iluminan y logran dibujar esa sonrisa que durante muchos años fue mía" ”.